Tener un perro conlleva beneficios tanto físicos como emocionales que están más que probados con evidencias científicas. Los propietarios de perros tienden a tener vidas mucho más felices y saludables. Solo el hecho de ocuparte de él, te hace realizar una serie de actividades que quizás no harías sino lo tuviera. Actividades tales como salir a pasear y tener una serie de rutinas diarias más o menos ordenadas, que ayudan enormemente a evitar problemas emocionales tales como la soledad y las depresiones.
Hacer ejercicio con tu perro es un claro reductor de estrés. Durante el paseo nuestros pensamientos van más dirigidos a lo que él está haciendo en ese momento (olfatear, correr, jugar con otros perros, etc) que a nuestros problemas diarios. Realizar actividades lúdicas con nuestro perro es como si masageasemos nuestro cerebro, permitiéndonos a nosotros mismos un tiempo de relax. El ejercicio aumenta la relajación física y mental y disminuye el nivel de la hormona del estrés, el cortisol. Por contra, incrementa el nivel de la oxitocina en nuestro cuerpo, la llamada hormona del amor.
Nuestra vida social también se enriquece enormemente gracias a nuestro perro. Tener un perro favorece el conocer a otras personas que disfrutan de la misma afición y con las que podemos compartir muchos momentos agradables. Curiosamente, los estudios demuestran que la gente a la que nos gustan los perros, solemos confiar y somos mas dados a interactuar con otros propietarios de perros. Por aquello quizás de la creencia de que una persona a la que le gustan los animales, no puede ser una mala persona.
Dado que los perros significan tanto en nuestras vidas, es nuestra obligación ejercer una tenencia responsable que nos permita poder cubrir al menos sus necesidades fundamentales. Para tener un perro en buenas condiciones hay que poder aportarle tiempo de calidad para que pueda ejercitarse tanto física como mentalmente. Dedicarle nuestra atención y cariño y tener muy en cuenta que el perro es un ser que necesita vivir en manada y como tal necesita estar el mayor tiempo posible con nosotros. La triste realidad de tantos perros que se pasan la mayor parte de su tiempo solos en jardines de donde nunca salen, se debería de acabar. Un perro prefiere vivir junto a su familia humana aunque sea compartiendo unos pocos metros cuadrados que pasarse el día entero solo en un jardín, por muy grande y maravilloso que este sea.
Hay muchísimas más razones para querer tener un perro en nuestras vidas... ¿nos cuentas las tuyas?
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¡Esperamos que os haya gustado este post!
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